Degustar un vino es descifrar su información, experimentándolo usando todos los sentidos. La comprensión de esa información  hace conocer más un vino, así como también, definir más tus preferencias entre una variada colección.catar el vino

Conoce primero su vocabulario, esto te servirá para poder compararlos, y sin ser un sumiller o especialista, podrás catar vinos  luego de una práctica con algunos. Degustar implica algo más que beber, es disfrutar el vino con todas sus características y descubrir cada uno de los componentes que lo hacen único.catar el vino

catar el vino
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Paso 1 Preparación – Catar el vino

Para comenzar la cata, elige una clásica copa de vino. Trata de que sea de calidad, totalmente transparente y limpia, sin olores que la alteren, como productos de limpieza. También debe tener fondo amplio que permita hacer movimientos giratorios, sin derramar una gota. Su forma de tulipa hace que sea un amplificador de aromas. Cuando hagas la cata, siempre sostén la copa del tallo, nunca desde el cuerpo, ya que tus manos tenderán a modificar la temperatura del vino, más bien a subirla, y queremos que esté a la temperatura perfecta para estudiarlo con todas sus características.

Antes de comenzar, trata de no comer platos  con sabores fuertes para tener el paladar libre, lo mismo durante la degustación, ten agua, pan o galletas para remover el sabor entre cada vino. Solo debes llenar un tercio de la copa para hacer una degustación, no es necesario servirla a la mitad, y menos a tope.

 

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Paso 2 Visual – Catar el vino

En primer lugar aprecia su color, sus matices, para esto trata de colocar la copa sobre un fondo blanco, puede ser una servilleta o una pared. Si puedes hacerlo con luz natural, será mejor aún.

Una de las cosas a observar será el tono, que indica si el vino es joven o evolucionado. También indica la variedad de los vinos a catar. Un buen vino debe ser claro, brillante, transparente y sin sedimentos.

Cuanto más oscuro el vino, mayor es la madurez de la uva. Además de oscuro, el tiempo hace que pierdan su color. Los vinos blancos también se van oscureciendo cuando envejecen.

La gama de vinos tintos va desde el azul violeta hasta el rojo teja, hay tonos púrpura o cereza. Los vinos blancos van desde el ámbar hasta el verdoso, con tonos dorados y pálidos en el medio.

Paso 3 Olfato – Catar el vino

En esta etapa concentra todos tus sentidos en el olfato, introduce la nariz en la copa y logra descubrir todo el potencial aromático de tu vino. Puedes moverlo suavemente en forma circular y por no más de cinco segundos, para que libere todos sus aromas

Puede oler a frutas, a especies, avellanas, almendras, cítricos, roble, eucalipto y mucho más. El cerebro es capaz de identificar millones de aromas diferentes.

Ten en cuenta que cada persona puede percibir distintos olores, y es importante esperar unos 30 segundos antes de  hacer una nuevo testeo.

¿Cómo saber si el vino es bueno por su olor?

El aroma debe ser agradable y equilibrado. Piensa en los primeros aromas que vienen a tu mente, puede ser a bayas oscuras, grosellas negras o moras tal vez. 

 

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En el Cabernet Sauvignon, por ejemplo,  se destacan principalmente los aromas a grosella, cerezas y ciruela, y en segunda instancia chocolate o tabaco.

Es decir, si el olor da una buena impresión general, no debería parecer afectado por el corcho seco. Aquí influye su conservación, si la botella estuvo mucho tiempo almacenada en forma vertical, es probable que el corcho se seque. Este, al secarse se deforma y hace que sea difícil extraerse.

 

Además produce una oxidación en el vino por la entrada de aire, que da un sabor desagradable.

Otro factor es que ningún componente sobresalga mucho más,  como la acidez, el alcohol o la fruta, logrando un aroma equilibrado,  por el que podemos decir que es bueno.

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Paso 4 Gusto – Catar el vino

Una vez que tengas en mente las primeras impresiones a través del olfato, pasamos a catar por el gusto.

Aquí podemos reafirmar los aromas, y por supuesto disfrutar de probar un vino, siendo su paso más placentero.

Toma un pequeño sorbo, y arremolínalo en toda tu boca cubriendo bien la lengua. Esto ayuda a que el vino se airee y libere sus sabores. Trata de retenerlo algunos segundos para empezar a distinguir los primeros gustos, su textura y cuerpo.

Hay cuatro sabores básicos: dulce, amargo, salado y ácido, que poseen todos los vinos, influyendo a su vez a los platos que acompañan. Puedes disfrutar de la sequedad de un vino junto a un sabor terroso y a la vez picante…descubriendo infinitas combinaciones

Puedes detectar más allá de los primeros sabores básicos, en una fase secundaria, encontrar la fruta presente, un poco de nueces o hierbas tal vez. Muchos liberan gustos a cerezas, tabaco, pimientos verdes y hasta cuero. Entre los vinos blancos, juegan más las variedades de los ácidos, frutos y florales.  Además de apreciar los distintos componentes, puedes definir tus gustos y ampliar tus conocimientos y vocabulario.

¿Cómo saber si el vino es bueno por el gusto?

El vino que está malo o  dañado suele tener un sabor avinagrado, entre ácido y agrio. No solo el sabor, sino también su aroma.

 

Esto puede deberse a varias razones, como la presencia de aire o bacterias acéticas, así como también descuidos en el proceso de elaboración, mala conservación debido a la exposición a luz fuerte, altas temperatura o vibraciones. Otra razón es el período de consumo, debido a que no todos los vinos tienen un período largo de envejecimiento, y si no se consumen antes del año o dos años como mucho, quedan picados.

Hay un detalle a tener en cuenta, que caracteriza los buenos vinos,  es la permanencia del sabor en tu paladar. Si desaparece en menos de un segundo, luego de tragarlo, no es un vino de alta calidad. Pero si aún puedes percibir sus componentes en tu boca un par de segundos después,  estamos hablando de un buen vino.

 

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Resumen: para catar un vino en cuatro pasos, considera una buena preparación, luego pasa a la fase visual,  aprecia su aroma, y finalmente pruébalo y saca tus conclusiones!

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